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miércoles, 25 de abril de 2012

Federico García Lorca


Federico García Lorca nació el 5 de junio de 1898 en Fuente Vaqueros. El texto probablemente más antiguo escrito por él se titula “Mi pueblo” y empieza así:

“Cuando yo era niño vivía en un pueblecito muy callado y oloroso de la vega de Granada….

El caserío es pequeño y blanco y está todo besado de humedad. El agua de los ríos, al evaporarse, lo cubre de gasas frías en las mañanas, tan de plata y níquel, que, cuando sale el sol, desde lejos parece una gran piedra preciosa. Luego, a mediodía, las nieblas se disipan y se le ve dormido sobre una manta de verdor.

La torre de la iglesia es tan baja que no sobresale del caserío y cuando suenan las campanas parece que lo hacen desde el corazón de la tierra. Está rodeado de chopos que se ríen, cantan y son palacios de pájaros y de sauces y zarzales que en el verano dan frutos dulces y peligrosos de coger.

Enfrente de la iglesia está la casa donde yo nací. Es grande, pesada, majestuosa en su vejez… Tiene un escudo en el portalón y unas rejas que suenan a campanas. Cuando niño, mis amiguitos y yo tocábamos en ellas con una barra de hierro y su sonar nos volvía locos de alegría y simulábamos tocar a fuego,….

Los padres de García Lorca, Federico García Rodríguez y Vicente Lorca Romero, eran los más ricos del pueblo. Nuestro poeta, el mayor de cuatro hermanos , lo sabía y por eso hacía de amo en el juego de la ovejitas. Pero su madre, que había sido la maestra del pueblo, tenía la casa abierta a todos los niños que allí solían jugar y merendar con su hijo. Este pasaba tanto tiempo en casa de sus amigos como en la suya propia, lo que le permitió muy pronto darse cuenta de las diferentes maneras de vivir, despertando en él un vivo interés por quienes no gozaban de su misma privilegiada situación.
Su preocupación por la injusticia social queda reflejada en gran parte de su obra.
Esta inquietud por los demás la podemos observar en el escrito titulado “Mi amiguita rubia”:

 “En el pueblo vivía una niña rubia y tostada por el sol..., su padre era un pobre jornalero…
¡Me daba compasión ver aquella casa toda de negruras y suciedad!....El suelo era de tierra y el techo de cañas…
Muchas veces me decía su madre: - Niño, mañana no vengas, porque nos lavaremos la ropa.
Y yo no iba. ¡Qué tragedias tan hondas y tan calladas! No podía ir porque estaban desnudos y ateridos de frío, lavándose sus harapos, los únicos que tenían… Por eso, cuando volvía a casa y miraba al ropero, cargado de ropas limpias y fragantes, sentía gran inquietud y un peso frío en el corazón…
Yo protesto contra ese abandono del obrero del campo…Yo lo siento y mi alma se llena de amarguras…”



            Pero, de niño, Lorca no pensaba en ser poeta. Lo que quería era ser músico. Pero su padre se opuso por miedo a que fracasara.

 Federico fue a estudiar a la Universidad de Granada y al terminar unas excursiones por toda España , los estudiantes debían redactar sus impresiones en un cuaderno que luego era leído y corregido por el profesor de Arte y Literatura. Las redacciones de Lorca gustaron tanto al profesor que éste fue a ver al padre de Federico,  para decirle que el trabajo de su hijo merecía ser publicado. Don Federico, consciente del disgusto que le había supuesto a su hijo abandonar la carrera de piano, accedió gustoso a pagar de su bolsillo la edición del libro. Publicándose en 1918 ,con la siguiente  dedicatoria:

“ A la venerada memoria de mi viejo maestro de música…¡Era un santo!

 Con toda la piedad de mi devoción.”

                                                             
Con “Impresiones y paisajes”, que así se tituló el libro, Lorca se desahogó de su frustración de músico. Fue éste el primero y último libro en prosa de García Lorca, en adelante poeta y autor dramático.

 En 1923, el día de Reyes invita a un centenar de niños a su casa y, con la colaboración musical de su amigo Manuel de Falla que dirige una pequeña orquesta, les ofrece un espectáculo de marionetas.

           
En 1929 viaja a Nueva York pasando por París y Londres. La estancia de un año en Estados Unidos será la más importante experiencia de su vida y tendrá un influencia decisiva en su obra.

 Desde 1932 a 1935 dirigirá una compañía de teatro estudiantil La Barraca que dará a conocer, por los pueblos más apartados de España obras de Miguel de Cervantes y otros escritores clásicos.

 En 1936 termina su última obra de teatro “La casa de Bernarda Alba”. A pesar de haber sacado ya billete para Méjico, donde le esperaban para representar su teatro, Lorca se va a Granada para celebrar, como todos  los años, su santo y el de su padre, el 18 de julio.

 Este día una parte del ejército español se subleva contra la república de izquierdas. Los republicanos de corazón son detenidos y fusilados. A Lorca le toca el turno en la madrugada del 19 de agosto de 1936.  Siendo uno de los 10.000 granadinos asesinados por “ser partidarios de los pobres”. Con Lorca murieron dos banderilleros y un maestro nacional.                                       
                                                                          Bibliografía: “Federico García Lorca para niños”

                                                                                                                                Ediciones de la Torre




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